miércoles, 5 de noviembre de 2008

La pierna izquierda de Maradona.


Ya sé que se trata del fútbol.
Ya sé que el fútbol tiene sus propias reglas.
Ya sé que no hay que mezclar el fútbol con las cuestiones institucionales.
Todo eso ya lo sé.


Pero es que no me gustó que Diego Maradona fuera el nuevo técnico de la selección.
Por eso rechiné los dientes y dije que no con la cabeza.
Por eso voté que no lo quería en la encuesta de Clarín.com
Por eso opiné públicamente que hubiera preferido a otros técnicos.
A Russo, a Simeone, a Bianchi, a técnicos más ordenados, menos caóticos.


Pero el domingo a la mañana estuve mirando un documental sobre la vida de Maradona.
Los goles, las polémicas, la mano de Dios, la efedrina, la pelota jamás manchada.
El amor incondicional de los hinchas por Maradona.
De los argentinos, de los catalanes, de los napolitanos. El amor de todos.
Y entonces me pregunté.


¿Por qué no darle otra oportunidad a Maradona?
¿O acaso no le hemos dado segundas oportunidades a tantos otros?
Perón tuvo su segunda oportunidad. La tuvo Domingo Cavallo. La tiene Charly García.
Ya sé: esto es fútbol. Y el fútbol, se sabe, es apenas un deporte emocional.


Pero insisto, ¿por qué no darle otra oportunidad a Maradona?
Es que tal vez Maradona haya dejado de ser la pierna izquierda del país adolescente.
Tal vez Maradona también haya madurado.
Tal vez ya no necesite hacer goles con la mano ni pelearse con el Papa.


Será tal vez porque nos hizo tan felices con el fútbol.
Será por eso que queremos darle otra oportunidad.
Será que los argentinos nos parecemos más a Maradona que a los Russos o a los Bianchis.
Será por eso que el país adolescente va con Diego.
Hasta la victoria siempre.
O hasta que nos corten las piernas.

Hasta entonces.
Fernando Gonzalez. Clarin.com

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